Esa es la pregunta que me hago cada vez que veo a mujeres jóvenes y adolescentes que se cuidan de un embarazo a destiempo y planifican una familia con la cantidad de hijos que pueden mantener.
Cada vez más, las jóvenes de la clase media en adelante gozan de la información necesaria respecto a su cuerpo, la confianza de sus padres y madres para hablar del tema, y el acceso a médicos que les indican anti-conceptivos o uso de preservativos. Siendo, claro está, la dilación de una vida sexual activa, la mejor de las opciones para los y las adolescentes.
Sin embargo, las niñas y adolescentes de familias vulnerables de nuestro país, no corren la misma suerte. El sistema educativo público ha permitido que los prejuicios religiosos terminen afectando el derecho a conocer su cuerpo y acceder a las atenciones necesarias.
Las ciencias de la naturaleza incluyen a la anatomía, siendo la rama de la biología que se dedica al estudio del cuerpo humano. Así como nos enseñan sobre nuestro sistema digestivo, respiratorio, nervioso y circulatorio, el sistema reproductivo debe de ocupar un espacio importante en TODA la educación pública, cubriendo además, el desarrollo psico-emocional y sexual.
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Es un derecho de cada estudiante en plena pubertad entender sobre su desarrollo físico y sus órganos reproductivos, para evitar embarazos a destiempo y posibles enfermedades.
Desde ahí empieza la violencia a nuestras niñas más pobres. El aprendizaje sobre las relaciones sexuales queda en manos de la música explícita y la pornografía, como también, a la suerte de que no tengan un vecino, familiar o amigo mayor de edad, que le seduzca de manera abusiva.
Respecto a las tres causales, también han logrado llevarlas de ser un tema puramente sanitario y médico, a un asunto religioso, poniendo en cuestionamiento de su fe, a mujeres que deciden interrumpir un embarazo tras una violación, un incesto y en caso de inviabilidad de la vida o peligro de muerte. Recordando que es una alternativa y no una obligación.
Negarle ese derecho a las mujeres, es también otra manifestación de violencia.
Mientras tanto, a la) clases media y alta les afecta menos, porque tienen la opción de viajar o de atender en un ambiente privado, cualquier eventualidad en un proceso de embarazo.
¿Cómo hará la religión para adaptarse a los tiempos que vienen?Yo observo cada vez más en nuestro país a personas creyentes, pero sin los prejuicios tradicionales de la religión y a grupos minoritarios que están trabajando hacia un conservadurismo extremo.
Quizás surjan religiones más igualitarias que irán conquistando a los y las fieles de estos tiempos. Lo que no sería descabellado, porque ya hay ejemplos de rabinas en otros países que promueven la inclusión.
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