Una Orden Departamental en el Ministerio de Educación, cuando se trata de establecer temas intangibles o que no ameriten cambios de posiciones o de áreas institucionales, por lo regular lo que sirve es para dejar por sentado un tema que deberá de operativizarse en base a guías, manuales y medidas que respondan de manera armoniosa a las demandas de la sociedad actual, donde también habitan nuestros niños, niñas y adolescentes que necesitan ser preparados y protegidos. En esa categoría podemos situar la recientemente derogada Orden Departamental No 033-2019, en la cual, se establece como prioridad el diseño e implementación de políticas de género en el Ministerio de Educación. La perspectiva de género en un ambiente científico, que es la escuela, no tiene nada que ver con temas vinculados a la homosexualidad o al lesbianismo, como que el personal docente va a tomar a los y las niñas para trazarle las pautas hacia su sexualidad y como que no existen las asociaciones de padres, madres y amigos de la escuela. Pero sí, permite visibilizar ese “currículo oculto” donde se lacera de manera constante el desarrollo, sobre todo de las niñas, en base a desmotivarlas porque tal o cual actividad no es para ellas. Del mismo modo, que a los niños, no se les incentiva a desarrollarse en un ambiente menos violento y más paritario. Cuando se trabaja la educación con perspectiva de género, lo que se hace es, por ejemplo, cambiar los típicos ejercicios de matemáticas donde la niña María fregaba 5 platos, se le rompió uno, ¿Cuántos platos le quedan? o, el niño José tenía 10 pesos, fue a comprar una pelota que costaba 8 ¿Cuántos pesos le sobraron? Si de manera repetitiva damos roles a las niñas basados en los cuidados del hogar y la familia, y a los niños basado en los deportes y la tecnología, vamos creando roles que de cierta manera definen y marcan diferencias en su desarrollo, elección de carreras, autoestima, entre otros factores. Puede leer: Sociedad de la Confusión La perspectiva de Género es tan necesaria en el sistema educativo dominicano, que hasta a la propia ADP la dirigen mucho más hombres que mujeres, mientras la nómina docente del MINERD es ocupada por maestras alrededor de un 80%. Recientemente escribí un artículo donde me preguntaba si la clase media dominicana no era religiosa, porque disfruta de la información adecuada que les permite evitar embarazos y enfermedades de transmisión sexual en adolescentes. Es decir, que sus creencias no interrumpen su conocimiento y acceso a medidas preventivas, mientras que la clase pobre dominicana sufre las consecuencias de una falta de información adecuada que les impide salir del círculo vicioso de la pobreza por embarazos a destiempo. Es una pena, que ni siquiera educación sexual, como parte de lo que es la anatomía humana, es decir, el aparato reproductivo (igual que respiratorio, digestivo y nervioso) se está llevando a cabo adecuadamente en la educación pública, por prejuicios que manifestamos en las redes sociales, mientras la vida de miles de niños y niñas en situación de vulnerabilidad caen en situaciones de violencia o embarazos no deseados por falta de información. Se supone que la “Sociedad de la Información” fomenta la toma de decisiones en base a estudios previos, pero parece más fácil desvincular las consecuencias de los hechos solo por complacer prejuicios y tergiversaciones. El estudio publicado en noviembre de este año por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), establece que entre 2015 y 2020, dos de cada diez nacimientos ocurridos en el país fueron concebidos por madres de entre 15 y 19 años. Mientras que datos extraídos del documento República Dominicana: Estadísticas Vitales 2021, de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en el año 2021 en el país se registraron 20,529 embarazos en adolescentes entre 11 y 19 años de edad. Este gobierno actúa como que no participó en el proceso y firma del Pacto Educativo. Mientras, el “marchaverdismo” no parece vincular la violación a las leyes, la Constitución y a los pactos como un acto de impunidad, ni tampoco mide las consecuencias en el desarrollo humano de nuestros niños y niñas más vulnerables
La navidad y el estrés por pasarla bien
Los tiempos navideños reúnen grandes distracciones, una agenda ocupada donde se junta la caridad y el espíritu familiar, con la frivolidad de la moda y la decoración exagerada de manera curiosamente armoniosa.
Todo se disfruta o pasa desapercibido según la realidad de cada cual. Somos sensibles o no a la tormenta de nostalgia a la que te invita la época con las canciones y las películas alegóricas.
En la República Dominicana, nuestro folklore navideño prioriza la bebida y la comida como fuente de la diversión en la música que se escucha tradicionalmente, con contadas excepciones, mientras que los villancicos anglosajones hablan de la nieve, de los árboles navideños y del amor en sentido general.
El agobio radica en que son tantas cosas al mismo tiempo que se quieren lograr en diciembre, que casi todos sus días terminan pareciéndose al “día antes de irnos de viaje a otro país”, es decir, ese día que termina siendo súper productivo porque se pagan todas las facturas, se resuelven pendientes en el banco, se reparan cosas que teníamos meses dejando para después, entre una serie de tareas que debemos de poner en una lista para no olvidar… todo eso por 30 días o más (si nos le robamos tiempo a noviembre).
Algunas personas hemos decretado un diciembre sin complicación, pero siempre el entorno se encarga de hacerlo por uno. Sencillamente son muchas cosas para un sólo mes: veladas de los colegios y de academias extracurriculares, diferentes encuentros con grupos de amistades, fiestas del trabajo, y un “compartir navideño” por aquí, por allí y por allá.
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Si no te metes en un “angelito”, descuida, que tus hijos estarán en uno y de repente la responsabilidad cae en ti desde que llegan a la casa con el papelito en la mano que dice el nombre de quien les toca dejarle.
Lo interesante es que la economía se activa, el doble sueldo alcanza para más de lo normal y eso se refleja en el tránsito y en el incremento de la actividad comercial.
El tiempo destinado a los preparativos y el estrés que se acumula en todos los días previos es exagerada en función a las pocas horas que dura la Noche Buena y el Día de Navidad, lo que implica, que hay que intentar divertirse en el proceso, sin embargo, la incomodidad por los atascos, el cansancio y las filas a veces logran amargar el ambiente por ratos.
Luego de la Navidad, todo apunta para el fin de año. Hemos logrado que ya el estrés de la gala que se usaba en décadas atrás se fuera cambiando por un ambiente más vacacional y relajado, siempre acompañado del temor de quienes aprovechan los tiempos festivos para manifestar imprudencias en el tránsito o en su comportamiento exuberante tocado por el consumo exagerado de alcohol u otras drogas.
Por mi parte seguiré intentando nuevas navidades con las menores complicaciones posibles, menos estrés y menos compromisos de gastos de la época, porque no tiene sentido absoluto. No garantizo que lo lograré, pero iremos poco a poco llegando al punto de equilibrio.
Nuestra extraña relación con la basura
La ciudadanía dominicana tiene mucho que reflexionar sobre el significado del “desarrollo”, porque si bien es cierto que las grandes ciudades implican una infraestructura que soporten su crecimiento, también hay cosas sencillas que hemos ido dejando sin resolver.
Nuestro país está sumamente sucio, lleno de basura por cualquier parte, hemos avanzado como nación, pero ¿Cómo es que no empujamos juntos hacia una consciencia consolidada al respecto?
Recientemente estuve visitando Aruba, Curaçao, Santa Lucía, Barbados, Tobago, Tórtola, Antigua y Guadalupe, estas islas de las Antillas Menores, con mucho menos desarrollo en infraestructura y baja producción nacional, algunas hasta sin aceras, pero sus comunidades son limpias.
Justo llegando por la Autovía del Este venía un camión de una empresa de gas, cuyo chofer tiraba un cartón de jugo por la ventana, acción que todavía en esta época vemos repetirse desde diferentes tipos de vehículos a nivel nacional.
El amor férreo a esta tierra que manifestamos constantemente, no hemos logrado extrapolarlo a reducir el impacto ambiental que produce tanta generación de basura y desechables plásticos.
Tenemos comunidades cerradas que han logrado un buen manejo con la basura, como también, contamos con ciudades que se pueden destacar por el funcionamiento de sus alcaldías, empezando por Santiago que ha dado un cambio muy importante, bajo la administración de Abel Martinez. Sin embargo, a pesar de estas experiencias de éxito, no terminamos de dar un salto de consciencia ciudadana respecto al gran problema que representa la basura y cómo nos afecta a nivel colectivo.
Se han hecho documentales y denuncias internacionales, pero los esfuerzos de quienes deciden apostar por el reciclaje, sobre todo, en esta ciudad de Santo Domingo, son frustrantes. Más que un esfuerzo, se convierte en un trabajo, buscar dónde llevar los plásticos, dónde colocar el vidrio, las latas, las baterías, en fin, por el momento, si por lo menos la basura no fuera el tema exclusivo de la época de tormenta, si la policía de tránsito también parara a quienes ensucian la vía pública, si se dejara de producir tantas bolsas plásticas y si se crearan las condiciones para una cultura de limpieza permanente, daríamos un salto hacia un país limpio, a pesar de los problemas del momento.
De verde a podrido
A propósito de mi tuit de la semana pasada que causó estragos con la frase: “la marcha verde ya no llora, ahora factura”, realmente no es que tenga nada de malo movilizarse por una causa en la que “creas”, es que ésta no puede ser “a según” tu conveniencia, porque las convicciones están por encima de las circunstancias personales ¿o no?
Lo que no se puede pretender es que el criterio de corrupción o impunidad sea selectivo, como tampoco, que quien usó una “causa social” como plataforma para ocupar una posición estatal en una administración gubernamental como la actual; llena de promesas incumplidas, mal manejo de recursos públicos, el mayor endeudamiento de la historia reciente en el menor tiempo posible, mal manejo de la crisis económica, congresistas extraditados por narcotráfico, etc. entonces, con todo este paquete en las espaldas, no quieran ser foco de crítica o cuestionamiento, porque sus incoherencias ya pasaron a descaro.
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A diferencia del ambiente de crispación, odio e irracionalidad que crearon antes de ser gobierno, una es prudente, por eso con sensatez expreso que tampoco es cierto que quienes pertenecen a un partido político o trabajan en el gobierno, automáticamente están de acuerdo con el mal uso de los recursos del Estado o que no se levanten a trabajar con buenas intenciones. Pero, para nadie es secreto que este gobierno operativamente hablando no funciona, tanto así que siendo la República Dominicana un país donde hay tanta gente necesitada y tanta deuda social sin atender, resulta que les “sobra el dinero”.
Jamás se ocuparon de alfabetizar, a pesar de recibir el dinero para tales fines, se han dedicado a buscan artilugios para privatizar bienes o tierras del Estado, como pasa con las propuestas de fideicomisos para Punta Catalina y Pedernales, han abandonado la inversión en la producción nacional para facilitar las importaciones y nos llenan de préstamos para guardarlo en el Banco Central.
Ahora bien, si usted está en el grupo de quienes se dedicaron a venderse y auto proclamarse moralmente superiores y con capacidades sobre naturales como inventarse fórmulas para bajar el costo de gasolina engañando a este pueblo, generando una ola de odios e insensateces, logrando, además, que las expectativas alrededor de su persona fueran extraordinariamente altas e irreales, hoy viva con las consecuencias, porque, evidentemente, una parte importante de la dirigencia de la marcha verde ha ido pasando de verde a podrido.
La obsesión de mentir del gobierno
Los países que tienen un buen desarrollo en cuanto a garantías sociales, es decir, educación, salud, retiro y protección ciudadana, como también, infraestructura y tecnología, aún cuentan con gobiernos, elecciones y problemas que resolver, del mismo modo, beneficios y conquistas que mantener y mejorar. Por lo que, aún se viva en un mundo tan perfecto que parezca Disney World, siempre habrá cosas qué hacer, y mejor aún, sostener para que permanezca funcionando a pesar de las vicisitudes. En cambio, la República Dominicana se expone al deterioro y la pérdida de tiempo, la primera porque existe la política de este gobierno de deshacer para volver a hacer lo mismo y la segunda porque dichas acciones nos estancan, en vez de seguir creciendo. La obsesión de este gobierno de atribuirse iniciativas de la administración pasada, como nuevas y que nunca se habían hecho, son verdaderamente enfermas y hasta ridículas en tiempos de sociedad conectada, donde todo aparece en alguna plataforma digital publicado desde años atrás. ¿Qué necesidad tiene el presidente de hacer creer que por primera vez se pone en funcionamiento el transporte escolar? El transporte escolar empezó en el 2015 por iniciativa de Carlos Amarante Baret, entonces Ministro de Educación y que siguió fortaleciéndose hasta el 2020. Puedes leer: Nuestra extraña relación con la basura ¿Será la gran necesidad de gobernar para las redes? o una especie de complejo oficializado, porque se sienten que no llenan expectativas después de años con una campaña en contra de tantos temas tergiversados, como los préstamos, para que en dos años nos hayan llevado al endeudamiento más grande que se haya podido hacer en el menor tiempo posible y sin ejecución ni proyectos en desarrollo. Por otro lado, tanto alardear de la nómina pública como algo dañino, para luego aumentarla y además mentir respecto a la desaparición de instituciones públicas porque eran innecesarias y repetitivas, para que al final sea lo mismo, sólo cambiado de nombre, pero presupuestariamente no hay ninguna mejora ni eficiencia. Años de discursos vacíos que hoy demuestran que son irrealizables y que ni aportan en nada a los problemas reales de la población, más bien resultan ser un maquillaje, por ende, son mentiras al aire sin responsabilidad. En fin, hasta los diálogos del CES se quedan en mareo con más mareo, bulto tras bulto y el país lleno de picazos por todas partes cuya suma de promesas sobre pasan el presupuesto nacional, y lo que ya existía, también dicen que es nuevo.
Juventud: generaciones que buscan sobrevivir
La juventud es tan diversa como la humanidad en su conjunto y frecuentemente la quieren agrupar en un mismo paquete.
Me preocupa mucho el bienestar de las personas jóvenes dominicanas, pero tengo la confianza de que la humanidad siempre busca la manera de salir a flote.
Sin embargo, no puedo negar ser de la generación que se educó para evitarle cualquier sufrimiento a sus hijos/as y a veces, también en eso se cometen errores, porque para salir a enfrentar la vida hay que tener agallas y temple.
El mundo de hoy ha dado un vuelco complejo, quizás peligroso, pero inevitable. Cuando observamos el panorama de quienes manejan los medios, los temas de interés y la distorsión que cada vez más fácil de propagar sobre cualquier mensaje, nos preguntamos, ¿hacia dónde llegaremos a esta velocidad?
¿Dónde está el aparato productivo y el sistema de pago de impuestos amigables en República Dominicana que sostenga a una nueva generación necesitada de empleo o condiciones para el emprendimiento?
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¿Cuándo la clase educativa perenne que pulula en el Ministerio de Educación se tomará en serio bajar esa carga académica abultada e innecesaria que hace que mucha juventud humilde abandone la escuela en la Secundaria?
¿Cuándo se entenderá que la educación sexual en el sistema educativo público es imperante en la vida juvenil?
Para esto, necesitamos tomar consciencia de un presente que funcione para sostener un futuro que permita un país, donde, más allá de exhibir números de crecimiento económico, pueda exhibir menos desigualdad social, mayor oportunidad de empleos y facilidades de emprendimiento.
Cada generación está luchando por sobrevivir, los más mayores, apegados a un estatus quo que no quieren soltar, porque tampoco se ocuparon de cambiar la cultura dominicana con sus acciones; evitando la desconsideración, la falta de respeto y la búsqueda constante de intentar humillar a quien se deja vencer con los años. Les causa pánico verse víctimas de ese patrón de actitud que no ayudaron a romper cuando tuvieron la oportunidad.
Los del medio, aquellos que no somos NI jovencitos NI viejitos, nos vemos cuidando a los mayores y sacando adelante a las personas jóvenes, con la carga económica encima y la preocupación que ambas cosas nos generan.
Y las personas más jóvenes, siendo parte de un mundo multicultural, internacional y conectado donde convergen las mismas ideas de siempre, pero repetidas con otra etiqueta y cada vez más apertura, exhibiendo un cambio absoluto del concepto de pudor y privacidad. Algunas, vulnerables a lo simple o extremo (lo malo y lo bueno) porque a veces no saben lidiar con el agobio de un mundo complejo, mientras otras, se complican más allá de lo manejable, con temas que desaparecerán de su vida, una vez sus prioridades cambien, porque los años no se paran a esperar a nadie.
La juventud seguirá siendo el más divino tesoro, que no se aprecia, hasta que los años te obliguen a sentir nostalgia.
El pobre Presidente nuestro
Es increíble como este gobierno se ha dedicado a crear crisis mediáticas, para luego dársela de héroe con soluciones populistas.
Desde usar dinero del narcotráfico para su campaña y poner a personas vinculadas a este oficio ilícito como candidatos al Congreso a comprar plazas electivas, para que, una vez son extraditados, desentenderse, pero, cogieron el dinero previamente ¿o no?
Hasta prestarse a repartir la mayor cantidad de visas a inmigrantes haitianos registrada en los últimos años, para entonces, hacer un bulto con una verja y unos buses de deportados, que al final se vuelven un negocio para quienes, por unos pesos, se hacen de la vista gorda con las personas indocumentadas.
Ahora, presentan una ley de trata de personas y tráfico ilícito de migrantes, que son dos situaciones diferentes, separadas por una línea muy frágil y peligrosa, sobre todo, en esta pobre cultura democrática que tenemos, logrando así, un revuelo en la opinión pública, para luego, anunciar su retiro. Vamos a ver si será también otro escenario para que el Presidente, quien gobierna según el Twitter, venga a estar de héroe nacional el próximo 27 de febrero en su discurso, posiblemente refiriéndose en contra de un proyecto de ley que él mismo presentó.
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Han querido sembrar la idea a una parte importante de la población, que quienes conforman el Gabinete de Gobierno son malos, menos el Presidente, que no tiene la culpa de nada, así de simple.
¿Quién se atreve a aumentar nómina pública a la medida que se ha hecho sin la anuencia del jefe del Estado? ¡Por favor! Y además, sacrificando hasta personal técnico formado con la inversión del propio Estado, para cambiarlo por compromisos clientelares excesivos, teniendo como consecuencia, casos como el del niño ahogado en un CAIPI por negligencia de gente sin experiencia ni conocimiento del protocolo para el cuidado infantil.
¿El Presidente deja inaugurada una obra, y los demás no hacen nada? ¡Qué conveniente!
Será que, de buenas a primeras, la posición de ser Presidente Constitucional de este país, ha pasado, según nos quieren hacer creer, a ser una figura meramente representativa, que no influencia en nada sobre el funcionamiento del Estado.
Ya está bueno de tanta benevolencia, y de “buenas intenciones”, con eso no se resuelve la falta de medicamentos de alto costos, el precio de los alimentos, el abandono al sector agropecuario, educativo y de salud, como tampoco, el aumento de la criminalidad, el alto costo de la factura eléctrica y la mentira que dijo sobre las tres cáusales, entre otros males que nos arropan.
Sin nosotros, ustedes no comen
A pesar de ser nacida y criada en esta capital, centrista por demás, porque pasé buena parte de mi infancia y adolescencia por los perímetros del kilómetro cero del Distrito Nacional, tuve la gran dicha de que mi familia paterna es y aún vive gran parte de ella, en La Vega y Bonao, por lo cual, crecí conociendo el campo y su importancia, sobre todo, las incontables veces que mi tío me decía: “sin nosotros, ustedes no comen”.
Y la verdad que es muy triste que luego de la recuperación del campo y de obtener seguridad alimentaria con producción nacional, hoy estemos volviendo a favorecer las importaciones de productos de la canasta básica para que dos o tres personas se enriquezcan en detrimento de la necesidad de la población, y sobre todo, de las zonas rurales.
Si estuviéramos en una película de ciencia ficción, pudiésemos decir que la vacuna contra el Covid-19, más bien tenía un efecto especial para la pérdida de memoria de un grupo, el cansancio en otro y la desfachatez de unos cuantos, que siguen mintiendo, no porque se meten en un problema y no saben cómo salir de él, si no, porque mentir es su motor principal justificando lo injustificable.
Del COVID-19 parece que aprendimos sólo las facilidades del Zoom y el uso del alcohol en las manos, porque algunos han olvidado que, a diferencia de otros países e islas del Caribe, a nosotros no nos faltó comida durante la pandemia. Y si eso no es algo realmente especial e importante, de lo que deberíamos estar orgullosos como nación, entonces no entendemos el verdadero sentido de la independencia y el bienestar.
La agricultura no es algo que se fortalece de la noche a la mañana, la industria agropecuaria necesita de dedicación, esfuerzo y tiempo para generar productos, distribuirlos y venderlos. Sin embargo, muy fácilmente se destruye, ni un desastre natural inevitable ha sido tan devastador como la política importadora de este gobierno que nos priva de libertades y autonomía.
Décadas atrás, el arte comprometido exponía los problemas del abandono del campo, generando una descontrolada migración a la ciudad en busca de trabajo y cómo esto derivó en la formación de barrios marginales al rededor de la ciudad capital. Antes de eso, la lucha por tierras y por garantías, tanto de la clase productora, como obrera del campo, ha marcado la historia de la humanidad por siglos.
Hoy, desde el 2020 más de 39 mil personas se han visto sin empleo por el abandono del sector agropecuario y la canasta familiar ha aumentado en un 52%.
Fortalecer la producción agropecuaria y dignificar la vida rural es una manera de mostrarle amor a un país y no debería de ser puesto en peligro por la falta de creatividad para lograr mayores fuentes de enriquecimiento de los favorecidos de este gobierno.
La espuma y la poca sustancia
En una época donde te puedes sentar horas a escuchar música monotemática y sin mucha creatividad, pareciera que la falta de contenido es la moda generalizada.
Sin embargo, me complace comprobar que a pesar de los grandes esfuerzos para que el gozo y las distracciones banales sean el foco de la mayoría de las cosas a la que dedicamos nuestras vidas, somos (y me incluyo), sobrevivientes a este mundo lleno de espuma y poca sustancia.
Mientras hay mujeres que remamos hacia conquistar más reivindicaciones, y mantener las que hemos alcanzado, que parecerían muchas, pero para estar en el primer cuarto del siglo XXI, nuestros espacios en el poder y los abusos de los que seguimos siendo víctimas, nos deja claro que el cansancio y la conformidad no es una opción para quienes creemos que las transformaciones vienen desde la profundidad del pensamiento y las más claras convicciones que permiten identificar dónde se encuentran las dificultades.
Así como las pequeñas cosas verdaderamente significativas, sobreviven al “más de lo mismo”; que vendría siendo, la utilización de la mujer como masa trabajadora, fácilmente reclutable y convencible, nos embarcamos en situaciones engorrosas que hacen regresar a un grupo al punto de partida, pero, por suerte, se siente la resistencia de quienes hemos salido de ese triste círculo vicioso, donde se usa el poder para convencer de diferente, aquello que solo cambia de cosmética, es decir, la espuma, esta vez con colorines.
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La comodidad de ir con la corriente es uno de los peligros más grandes de la politica, porque genera un estatus quo a conveniencia de un grupo, pero que va acumulando desesperanza y disgusto en aquellas personas que necesitan evolucionar y conseguir un equilibrio que les genere avance y bienestar.
El reciclaje de personas y la multifuncionalidad, es el enemigo silente de la clase política dominicana. De toda, desde quienes usan distintos colores de las causas a las que pertenecen y que parecieran tener dueños, como de quienes tienen partidos más sólidos y de tradición. Llega un momento donde se vuelve un grupo de personas hablando entre sí y creyéndose equivocadamente que están fuera de su burbuja.
Salir de ese círculo será el gran reto, pero presumo que tendrá que ser la suma individual de voluntades de aquellas personas que ya nos cansó de manera definitiva la espuma, de un modo tal, que ni siquiera dedicamos energía a discutir inutilidades, sencillamente las identificamos, las clasificamos y le damos al botón de “siguiente”.
La espuma parece que seguirá creciendo porque es divertida y ligera, no pesa para nada, ya se darán cuenta que les va dejando las manos vacías ante la más suave brisa y llegará un día, que no habrá otra que la sustituya o sencillamente la satisfacción no llegará. Mientras, la sustancia, a veces pesa, o molesta, pero una vez que consigue generar un bienestar específico, este se queda y se recuerda.
La soberbia y la razón
Ha de ser muy complejo lidiar con la razón cuando se viene por largo tiempo con una carga de soberbia muy grande, sentimiento que el odio sabe aprovechar muy bien, alimentándolo para conseguir resultados en base a populismo, que incita a la irracionalidad hasta de aquellas personas con una buena educación.
No es fácil lidiar con la diversidad de ideas y de comportamientos de un colectivo. Eso es así, porque cada vez menos, podemos conseguir un espacio de pensamiento homogéneo que aliviane el camino del ejercicio político en base a causas verdaderamente nobles, sin embargo, cuando las cosas se extreman, es que sale a flote la capacidad de deterioro moral que tienen algunas personas.
Es preciso señalar que todo ser humano se encuentra, desde su nacimiento, en un proceso evolutivo, donde, el aprendizaje, la experiencia y el contacto con otros y sus realidades, le influye en la concepción de sus ideas sobre lo correcto o no, y por supuesto, dicho proceso evolutivo no se desarrolla de la misma manera en todas las personas, por lo cual, “clasificar” es una acción natural que aprendemos a hacer desde pequeños con los objetos, la comida y por supuesto, con la gente. Por tales motivos nos indignamos más cuando un religioso es pedófilo o cuando un padre viola a su hija, que cuando se trata de personas que se suponen no profesan una idea contraria ni un vínculo afectivo con su víctima.
He dicho en otras ocasiones que en las causas sociales vividas recientemente, valía más quién la encabezaba, que la lucha en sí, incluso, quienes lo hacían miraban con recelo y se sentían con la capacidad de selección de aquellos/as que podían o no entrar en “su causa” supuestamente colectiva. ¿Y ahora qué? Hablemos de logros reales: El 4% mal manejado, la corrupción clasificada en cual es buena y cual es mala, y los derechos de las mujeres en retroceso.
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Hoy vemos, a propósito de la rendición de cuentas del Presidente Abinader el pasado 27 de febrero, personas en su momento clasificadas por crearse un aura de respeto social elevada, gente que además, sabe muy bien que este Gobierno tienen grandes incompetencias y que los ha engañado en su compromiso con las reivindicaciones por las cuales supuestamente lucharon por largos años, embarcarse en su propio deterioro conceptual, ya sea por razones materiales o por ese sentimiento soberbio de no aceptar haber sido usado deliberadamente.
Mientras otros, se les importa muy poco cómo lo califiquen porque ya tienen lo que querían; el poder para tenerlo, no el poder para realizar los cambios que entendían necesarios en función a una mejor nación, porque en sus hechos desdicen descaradamente sus discursos anteriores.
Es una pena que el feminismo dominicano, cuyo origen y fin es noble y justo, queda ante este escenario, injustamente descalificado por la sociedad, gracias a haber sido usado de vía para el fomento del odio que difundió el PRM en el país. El resultado es que estamos sin causales, sin justa representación en los puestos de poder y se promulga una Ley Electoral que nos quita oportunidades de representación. IN YOUR FACE!
Y volviendo a lo que decía del ser humano en su proceso evolutivo, seamos razonables: ¿Ha sido igual después del ¡Bum! del movimiento #MeToo (#YoTambién) el trato respecto al tema de la mujer, el acoso y la discriminación? Ese hito histórico nos ha hecho crecer y profundizar nuestras sensibilidades, por lo cual, queda hoy aún más evidente lo poco que representan respecto a las mujeres en este gobierno que tampoco no cumple las expectativas de la época ni promesas de su campaña.
El país hoy no es ni más productivo, ni más inclusivo, ni más avanzado, ni más seguro, ni más educado, todo lo contrario. Estamos sometidos a las incoherencias de los actores del Estado, las mentiras del Gobierno y la irracionalidad de un grupo de “civiles”, gracias a su soberbia.