La violencia política de género “expuesta”

Agradecemos la oportunidad que nos brinda el señor Franklin Almeyda para demostrar cómo funciona la violencia política de género, plasmada en su artículo del pasado 21 de febrero del presente año, en el periódico elCaribe, titulado: “¿Será una época política de la mujer?”.

Si hiciéramos el ejercicio de tomar su artículo completo y sustituyéramos la palabra “mujer” por “hombre” o “juventud”, usando un título como: ¿Será una época política de fortalecer más al hombre? o ¿Será una época política de la juventud?, se visibiliza que el artículo funcionaría del mismo modo y seguiría siendo discriminatorio.

Tomamos algunos fragmentos de manera textual para luego deconstruirlos, evidenciando así la violencia política de género que contienen sus palabras:

Basándose en los datos de población mundial de hombres y mujeres como objeto de estudio de estrategias políticas, dice:
1- […el tema no es exclusivamente cuantitativo electoral, sino cualitativo, por el arte femenino para lograr sus propósitos y cultivar sus propios espacios]. El cuestionamiento constante sobre la calidad en las mujeres, es discriminatorio; nosotras debemos de mostrarles nuestras capacidades a un grupo de hombres quienes se han autodeclarado calificadores de las mismas.

2- [Ese arte se desvanece cuando trata de imponer, creando conflictos fuera de su alcance] Dando por sentado que la participación política de la mujer es una imposición, somos quienes causamos “conflictos” y para colmo, estos, no están a nuestra altura ya que no los podemos alcanzar.

La altura de un conflicto se mide por la capacidad de las personas de entender o resolver un problema en cuestión.

Cuando se habla de alcance, también se evidencia el “techo de cristal” al cual somos sometidas las mujeres.

3- [Si asociaran su arte discreto de conquistar, y trasladaran su encanto al pueblo, no a competir con las otras mujeres] Increíble leer una oración semejante en pleno cuarto de un nuevo milenio humano. No ha habido un solo momento en nuestra historia democrática donde los hombres no hayan competido entre sí por una candidatura o un espacio político, sin embargo, el menosprecio de algunos a la figura femenina en la política queda evidenciado por no entender que las mujeres competimos con cualquier adversario o adversaria, sea hombre o mujer, y nuestra desigualdad de condiciones se reflejan porque los hombres no tienen que enfrentarse a cuestionamientos por condición de género, entre otras discriminaciones semejantes, como nos pasa a nosotras.

#SiganViendo.

Las ideologías no se destruyen, se transforman

Que ya las ideologías políticas no “existen”, proclaman algunas personas, pero yo creo más bien que se han transformado de una manera que se presta a confusión, como puntos opuestos en una misma línea, que se van acercando y cuando chocan se diluyen, se atraviesan, se multiplican y se distribuyen en diferentes espacios de esa misma línea, incluso, coincidiendo y compartiendo nichos. Y todavía…. sigue en movimiento.

Por eso vemos a liberales de Argentina (que dicho sea de paso que en EEUU se les llama así a los de izquierda, y en el resto del mundo a los de “centro” derecha) reclamando que durante muchos años, la extrema izquierda perseguía a las personas LGTBQ+, mientras que el liberalismo no se manejó de esa manera, en vista, de que hoy es la izquierda quien ha asumido la defensa férrea del tema.

Pero a la vez, gran parte de ese grupo de liberales (por no decir que todos), se sienten cómodos con las políticas del liderazgo de derecha que fomenta el machismo, el clasismo, la desigualdad, el racismo y la xenofobia, a la par de que niegan ser extremistas, digamos pues que “casi extremo”, por buscarles un término.

Que grupos políticos procedentes de raíces opuestas, hoy coincidan en puntos de vista, tampoco es incoherente, más bien tenemos que verlo como conquistas. Para citar casos extremos, sería impensable que haya actualmente personas en la política luchando por querer retomar la esclavitud. Es decir, hay evoluciones humanas que se asumen en todo el espectro ideológico político, logrando que las luchas se vayan transformando por mejores condiciones laborales, garantías de servicios de salud y pensiones, más igualdad entre hombres y mujeres, etc.

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Lo que aún sí se mantiene es, la lucha por una sociedad menos desigual, y esa bandera la tienen tanto las personas progresistas y “supuestamente” quienes no lo son, pero les da vergüenza decir lo contrario, como pasa en el escenario local, y aquí un punto importante, porque se les acusa a los progresistas de populistas, pero entonces, ahora, la derecha copia sus políticas públicas, arrastrados por la realidad de que dichas políticas se convierten en una demanda social, que de no ser atendida, les causaría mucho ruido. Sin embargo, aún así, es evidente como las van descuidando y manteniendo las apariencias en base a mentiras muy bien estructuradas, sencillamente porque sus prioridades (como piensan y sienten), están en otro lado.

Los estereotipos pasados hay que superarlos, una persona puede ser progresista y ser rica y otra puede ser pobre y ultraconservadora. Ya no se trata de eso. Sin obviar que la búsqueda de la riqueza en función a la explotación de otras personas y su entorno, es anti-progresista.

Mantener la coherencia ideológica en este mundo cada vez más complicado es un reto muy grande. Se lo atribuyo a los cambios “democratizadores” que se han logrado vía la tecnología y ser parte de un mundo conectado y sobrecargado de información, confusión e inmediatez, que se deriva en un cambio estructural de la sociedad, que si bien permite el acceso y desarrollo de emprendimientos sin intermediarios, también le otorga a unos, “aún más pocos” el poder y los derechos de todo lo que generamos.

Como también, a la proliferación del individualismo en todo; las luchas más sencillas, se pierden porque lo más importante, parece ser, quienes la encabecen y hasta las causas más nobles se han convertido en espacios donde discriminan a quien puede o no apoyarlas según ciertos prejuicios.

¿La clase media no es religiosa?

Esa es la pregunta que me hago cada vez que veo a mujeres jóvenes y adolescentes que se cuidan de un embarazo a destiempo y planifican una familia con la cantidad de hijos que pueden mantener.

Cada vez más, las jóvenes de la clase media en adelante gozan de la información necesaria respecto a su cuerpo, la confianza de sus padres y madres para hablar del tema, y el acceso a médicos que les indican anti-conceptivos o uso de preservativos. Siendo, claro está, la dilación de una vida sexual activa, la mejor de las opciones para los y las adolescentes.

Sin embargo, las niñas y adolescentes de familias vulnerables de nuestro país, no corren la misma suerte. El sistema educativo público ha permitido que los prejuicios religiosos terminen afectando el derecho a conocer su cuerpo y acceder a las atenciones necesarias.

Las ciencias de la naturaleza incluyen a la anatomía, siendo la rama de la biología que se dedica al estudio del cuerpo humano. Así como nos enseñan sobre nuestro sistema digestivo, respiratorio, nervioso y circulatorio, el sistema reproductivo debe de ocupar un espacio importante en TODA la educación pública, cubriendo además, el desarrollo psico-emocional y sexual.

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Es un derecho de cada estudiante en plena pubertad entender sobre su desarrollo físico y sus órganos reproductivos, para evitar embarazos a destiempo y posibles enfermedades.

Desde ahí empieza la violencia a nuestras niñas más pobres. El aprendizaje sobre las relaciones sexuales queda en manos de la música explícita y la pornografía, como también, a la suerte de que no tengan un vecino, familiar o amigo mayor de edad, que le seduzca de manera abusiva.

Respecto a las tres causales, también han logrado llevarlas de ser un tema puramente sanitario y médico, a un asunto religioso, poniendo en cuestionamiento de su fe, a mujeres que deciden interrumpir un embarazo tras una violación, un incesto y en caso de inviabilidad de la vida o peligro de muerte. Recordando que es una alternativa y no una obligación.

Negarle ese derecho a las mujeres, es también otra manifestación de violencia.

Mientras tanto, a la) clases media y alta les afecta menos, porque tienen la opción de viajar o de atender en un ambiente privado, cualquier eventualidad en un proceso de embarazo. 

¿Cómo hará la religión para adaptarse a los tiempos que vienen?Yo observo cada vez más en nuestro país a personas creyentes, pero sin los prejuicios tradicionales de la religión y a grupos minoritarios que están trabajando hacia un conservadurismo extremo.

Quizás surjan religiones más igualitarias que irán conquistando a los y las fieles de estos tiempos. Lo que no sería descabellado, porque ya hay ejemplos de rabinas en otros países que promueven la inclusión.

Sociedad de la Confusión

Quienes empezamos a incurrir en el mundo de la tecnología a mediados de los 90’s, nos imaginamos un mundo conectado un poco distante de lo que hoy existe.

Por un lado, y que bueno, mucha ciencia ficción se ha hecho realidad, como las video llamadas y objetos “vestibles” inteligentes (Lentes que graban video, relojes con pantalla, ropa con sensores, etc.), lo que significa que cuando la humanidad imagina algo, empieza a hacer todo lo posible para hacerlo realidad, a veces no exactamente como en las películas, pero vamos llegando… ¿A donde?…. No sabemos.

La reacción de la sociedad, una vez se incrementó el alcance de las personas usuarias de internet, pasando de ser; muchas navegantes y pocas creadora, a que todas las personas que cuenten con un dispositivo móvil y acceso a internet, pueden ser tanto consumidoras, como creadoras de contenidos.

La capacidad de comprender todo este fenómeno y sus efectos en nuestras decisiones diarias, no cuenta con un margen de amplia reflexión, porque el tiempo no alcanza de tanto bombardeo de contenido multimedia.

Por eso insisto, que más que lograr la “Sociedad de la Información”, hemos logrado la “Sociedad de la Confusión”, donde están ligados todos los aspectos de la vida actual, desde la farándula, la política, la justicia, la economía, el ocio, los productos de consumo y la diversión, etc. compitiendo todos, a la vez, por 6 segundos de nuestra atención.

Ante tanto acceso, siempre hay una misma queja sobre la falta de comunicación, lo cual, confieso que me causa, en algunos casos, cierta angustia cuando escucho decir repetidamente: “eso no se supo”, “¿quién lo dijo?, “¿cuando pasó?”, etc.

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Dentro de esta abrumadora conectividad que ha “democratizado” la posibilidad de suprimir todo intermediario posible (casas disqueras, agencias de viajes, estudios de grabación, emisoras de radio tradicionales, etc.) , es preciso detenernos a pensar nuestro rol de humanos frente a la tecnología, y así, poner un poco de resistencia respecto al control que ejerce tanta fuente de distracción sobre nosotros.

Por ejemplo, solo con los grupos de Whatsapp andas con toda tu familia, vecinos, colaboradores y amistades para todas partes, es decir, que cualquier situación que pase en esos entornos, se va contigo en el celular. Es allí, en la virtualidad, donde se desarrolla todo el tema con las diversas opiniones, malos entendidos, debates y chistes.

Todo eso, es información que tu cerebro está recibiendo de manera simultánea, mientras, estás físicamente en otra realidad que también requiere de tu atención. Sumando, lo que te llega por Twitter, Instagram, Facebook y TikTok, entre otras App de mensajería (Telegram, Signal, etc.). Y todavía no he contado los periódicos digitales que abres simultáneamente en diferentes tabs de tu navegador.

Mientras todo este alboroto, que tu cerebro va asimilando, ocurre en el silencio de tu oficina, en la sala de espera de un doctor, de camino al trabajo o donde sea que te encuentres, te toparás con algo que era de tu interés y sucedió sin que te dieras cuenta, y claro, la pregunta que sigue es: ¿Y dónde dijeron eso?

Estamos realmente más informados, lo que no creo es que estemos MEJOR INFORMADOS, de igual modo, creo que no somos verdaderamente conscientes de cómo, este cúmulo simultáneo de emociones que vivimos internamente vía internet nos distrae y nos afecta de diferentes maneras.

Un “triunfo” del extremismo conservador

Una Orden Departamental en el Ministerio de Educación, cuando se trata de establecer temas intangibles o que no ameriten cambios de posiciones o de áreas institucionales, por lo regular lo que sirve es para dejar por sentado un tema que deberá de operativizarse en base a guías, manuales y medidas que respondan de manera armoniosa a las demandas de la sociedad actual, donde también habitan nuestros niños, niñas y adolescentes que necesitan ser preparados y protegidos. En esa categoría podemos situar la recientemente derogada Orden Departamental No 033-2019, en la cual, se establece como prioridad el diseño e implementación de políticas de género en el Ministerio de Educación. La perspectiva de género en un ambiente científico, que es la escuela, no tiene nada que ver con temas vinculados a la homosexualidad o al lesbianismo, como que el personal docente va a tomar a los y las niñas para trazarle las pautas hacia su sexualidad y como que no existen las asociaciones de padres, madres y amigos de la escuela. Pero sí, permite visibilizar ese “currículo oculto” donde se lacera de manera constante el desarrollo, sobre todo de las niñas, en base a desmotivarlas porque tal o cual actividad no es para ellas. Del mismo modo, que a los niños, no se les incentiva a desarrollarse en un ambiente menos violento y más paritario. Cuando se trabaja la educación con perspectiva de género, lo que se hace es, por ejemplo, cambiar los típicos ejercicios de matemáticas donde la niña María fregaba 5 platos, se le rompió uno, ¿Cuántos platos le quedan? o, el niño José tenía 10 pesos, fue a comprar una pelota que costaba 8 ¿Cuántos pesos le sobraron? Si de manera repetitiva damos roles a las niñas basados en los cuidados del hogar y la familia, y a los niños basado en los deportes y la tecnología, vamos creando roles que de cierta manera definen y marcan diferencias en su desarrollo, elección de carreras, autoestima, entre otros factores. Puede leer: Sociedad de la Confusión La perspectiva de Género es tan necesaria en el sistema educativo dominicano, que hasta a la propia ADP la dirigen mucho más hombres que mujeres, mientras la nómina docente del MINERD es ocupada por maestras alrededor de un 80%. Recientemente escribí un artículo donde me preguntaba si la clase media dominicana no era religiosa, porque disfruta de la información adecuada que les permite evitar embarazos y enfermedades de transmisión sexual en adolescentes. Es decir, que sus creencias no interrumpen su conocimiento y acceso a medidas preventivas, mientras que la clase pobre dominicana sufre las consecuencias de una falta de información adecuada que les impide salir del círculo vicioso de la pobreza por embarazos a destiempo. Es una pena, que ni siquiera educación sexual, como parte de lo que es la anatomía humana, es decir, el aparato reproductivo (igual que respiratorio, digestivo y nervioso) se está llevando a cabo adecuadamente en la educación pública, por prejuicios que manifestamos en las redes sociales, mientras la vida de miles de niños y niñas en situación de vulnerabilidad caen en situaciones de violencia o embarazos no deseados por falta de información. Se supone que la “Sociedad de la Información” fomenta la toma de decisiones en base a estudios previos, pero parece más fácil desvincular las consecuencias de los hechos solo por complacer prejuicios y tergiversaciones. El estudio publicado en noviembre de este año por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), establece que entre 2015 y 2020, dos de cada diez nacimientos ocurridos en el país fueron concebidos por madres de entre 15 y 19 años. Mientras que datos extraídos del documento República Dominicana: Estadísticas Vitales 2021, de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en el año 2021 en el país se registraron 20,529 embarazos en adolescentes entre 11 y 19 años de edad. Este gobierno actúa como que no participó en el proceso y firma del Pacto Educativo. Mientras, el “marchaverdismo” no parece vincular la violación a las leyes, la Constitución y a los pactos como un acto de impunidad, ni tampoco mide las consecuencias en el desarrollo humano de nuestros niños y niñas más vulnerables

La navidad y el estrés por pasarla bien

Los tiempos navideños reúnen grandes distracciones, una agenda ocupada donde se junta la caridad y el espíritu familiar, con la frivolidad de la moda y la decoración exagerada de manera curiosamente armoniosa.

Todo se disfruta o pasa desapercibido según la realidad de cada cual. Somos sensibles o no a la tormenta de nostalgia a la que te invita la época con las canciones y las películas alegóricas.

En la República Dominicana, nuestro folklore navideño prioriza la bebida y la comida como fuente de la diversión en la música que se escucha tradicionalmente, con contadas excepciones, mientras que los villancicos anglosajones hablan de la nieve, de los árboles navideños y del amor en sentido general.

El agobio radica en que son tantas cosas al mismo tiempo que se quieren lograr en diciembre, que casi todos sus días terminan pareciéndose al “día antes de irnos de viaje a otro país”, es decir, ese día que termina siendo súper productivo porque se pagan todas las facturas, se resuelven pendientes en el banco, se reparan cosas que teníamos meses dejando para después, entre una serie de tareas que debemos de poner en una lista para no olvidar… todo eso por 30 días o más (si nos le robamos tiempo a noviembre).

Algunas personas hemos decretado un diciembre sin complicación, pero siempre el entorno se encarga de hacerlo por uno. Sencillamente son muchas cosas para un sólo mes: veladas de los colegios y de academias extracurriculares, diferentes encuentros con grupos de amistades, fiestas del trabajo, y un “compartir navideño” por aquí, por allí y por allá.

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Si no te metes en un “angelito”, descuida, que tus hijos estarán en uno y de repente la responsabilidad cae en ti desde que llegan a la casa con el papelito en la mano que dice el nombre de quien les toca dejarle.

Lo interesante es que la economía se activa, el doble sueldo alcanza para más de lo normal y eso se refleja en el tránsito y en el incremento de la actividad comercial.

El tiempo destinado a los preparativos y el estrés que se acumula en todos los días previos es exagerada en función a las pocas horas que dura la Noche Buena y el Día de Navidad, lo que implica, que hay que intentar divertirse en el proceso, sin embargo, la incomodidad por los atascos, el cansancio y las filas a veces logran amargar el ambiente por ratos.

Luego de la Navidad, todo apunta para el fin de año. Hemos logrado que ya el estrés de la gala que se usaba en décadas atrás se fuera cambiando por un ambiente más vacacional y relajado, siempre acompañado del temor de quienes aprovechan los tiempos festivos para manifestar imprudencias en el tránsito o en su comportamiento exuberante tocado por el consumo exagerado de alcohol u otras drogas.

Por mi parte seguiré intentando nuevas navidades con las menores complicaciones posibles, menos estrés y menos compromisos de gastos de la época, porque no tiene sentido absoluto. No garantizo que lo lograré, pero iremos poco a poco llegando al punto de equilibrio.

Nuestra extraña relación con la basura

La ciudadanía dominicana tiene mucho que reflexionar sobre el significado del “desarrollo”, porque si bien es cierto que las grandes ciudades implican una infraestructura que soporten su crecimiento, también hay cosas sencillas que hemos ido dejando sin resolver.

Nuestro país está sumamente sucio, lleno de basura por cualquier parte, hemos avanzado como nación, pero ¿Cómo es que no empujamos juntos hacia una consciencia consolidada al respecto?

Recientemente estuve visitando Aruba, Curaçao, Santa Lucía, Barbados, Tobago, Tórtola, Antigua y Guadalupe, estas islas de las Antillas Menores, con mucho menos desarrollo en infraestructura y baja producción nacional, algunas hasta sin aceras, pero sus comunidades son limpias.

Justo llegando por la Autovía del Este venía un camión de una empresa de gas, cuyo chofer tiraba un cartón de jugo por la ventana, acción que todavía en esta época vemos repetirse desde diferentes tipos de vehículos a nivel nacional.

El amor férreo a esta tierra que manifestamos constantemente, no hemos logrado extrapolarlo a reducir el impacto ambiental que produce tanta generación de basura y desechables plásticos.

Tenemos comunidades cerradas que han logrado un buen manejo con la basura, como también, contamos con ciudades que se pueden destacar por el funcionamiento de sus alcaldías, empezando por Santiago que ha dado un cambio muy importante, bajo la administración de Abel Martinez. Sin embargo, a pesar de estas experiencias de éxito, no terminamos de dar un salto de consciencia ciudadana respecto al gran problema que representa la basura y cómo nos afecta a nivel colectivo.

Se han hecho documentales y denuncias internacionales, pero los esfuerzos de quienes deciden apostar por el reciclaje, sobre todo, en esta ciudad de Santo Domingo, son frustrantes. Más que un esfuerzo, se convierte en un trabajo, buscar dónde llevar los plásticos, dónde colocar el vidrio, las latas, las baterías, en fin, por el momento, si por lo menos la basura no fuera el tema exclusivo de la época de tormenta, si la policía de tránsito también parara a quienes ensucian la vía pública, si se dejara de producir tantas bolsas plásticas y si se crearan las condiciones para una cultura de limpieza permanente, daríamos un salto hacia un país limpio, a pesar de los problemas del momento.

De verde a podrido

A propósito de mi tuit de la semana pasada que causó estragos con la frase: “la marcha verde ya no llora, ahora factura”, realmente no es que tenga nada de malo movilizarse por una causa en la que “creas”, es que ésta no puede ser “a según” tu conveniencia, porque las convicciones están por encima de las circunstancias personales ¿o no?

Lo que no se puede pretender es que el criterio de corrupción o impunidad sea selectivo, como tampoco, que quien usó una “causa social” como plataforma para ocupar una posición estatal en una administración gubernamental como la actual; llena de promesas incumplidas, mal manejo de recursos públicos, el mayor endeudamiento de la historia reciente en el menor tiempo posible, mal manejo de la crisis económica, congresistas extraditados por narcotráfico, etc. entonces, con todo este paquete en las espaldas, no quieran ser foco de crítica o cuestionamiento, porque sus incoherencias ya pasaron a descaro.

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A diferencia del ambiente de crispación, odio e irracionalidad que crearon antes de ser gobierno, una es prudente, por eso con sensatez expreso que tampoco es cierto que quienes pertenecen a un partido político o trabajan en el gobierno, automáticamente están de acuerdo con el mal uso de los recursos del Estado o que no se levanten a trabajar con buenas intenciones. Pero, para nadie es secreto que este gobierno operativamente hablando no funciona, tanto así que siendo la República Dominicana un país donde hay tanta gente necesitada y tanta deuda social sin atender, resulta que les “sobra el dinero”.

Jamás se ocuparon de alfabetizar, a pesar de recibir el dinero para tales fines, se han dedicado a buscan artilugios para privatizar bienes o tierras del Estado, como pasa con las propuestas de fideicomisos para Punta Catalina y Pedernales, han abandonado la inversión en la producción nacional para facilitar las importaciones y nos llenan de préstamos para guardarlo en el Banco Central.

Ahora bien, si usted está en el grupo de quienes se dedicaron a venderse y auto proclamarse moralmente superiores y con capacidades sobre naturales como inventarse fórmulas para bajar el costo de gasolina engañando a este pueblo, generando una ola de odios e insensateces, logrando, además, que las expectativas alrededor de su persona fueran extraordinariamente altas e irreales, hoy viva con las consecuencias, porque, evidentemente, una parte importante de la dirigencia de la marcha verde ha ido pasando de verde a podrido.

La obsesión de mentir del gobierno

Los países que tienen un buen desarrollo en cuanto a garantías sociales, es decir, educación, salud, retiro y protección ciudadana, como también, infraestructura y tecnología, aún cuentan con gobiernos, elecciones y problemas que resolver, del mismo modo, beneficios y conquistas que mantener y mejorar. Por lo que, aún se viva en un mundo tan perfecto que parezca Disney World, siempre habrá cosas qué hacer, y mejor aún, sostener para que permanezca funcionando a pesar de las vicisitudes. En cambio, la República Dominicana se expone al deterioro y la pérdida de tiempo, la primera porque existe la política de este gobierno de deshacer para volver a hacer lo mismo y la segunda porque dichas acciones nos estancan, en vez de seguir creciendo. La obsesión de este gobierno de atribuirse iniciativas de la administración pasada, como nuevas y que nunca se habían hecho, son verdaderamente enfermas y hasta ridículas en tiempos de sociedad conectada, donde todo aparece en alguna plataforma digital publicado desde años atrás. ¿Qué necesidad tiene el presidente de hacer creer que por primera vez se pone en funcionamiento el transporte escolar? El transporte escolar empezó en el 2015 por iniciativa de Carlos Amarante Baret, entonces Ministro de Educación y que siguió fortaleciéndose hasta el 2020. Puedes leer: Nuestra extraña relación con la basura ¿Será la gran necesidad de gobernar para las redes? o una especie de complejo oficializado, porque se sienten que no llenan expectativas después de años con una campaña en contra de tantos temas tergiversados, como los préstamos, para que en dos años nos hayan llevado al endeudamiento más grande que se haya podido hacer en el menor tiempo posible y sin ejecución ni proyectos en desarrollo. Por otro lado, tanto alardear de la nómina pública como algo dañino, para luego aumentarla y además mentir respecto a la desaparición de instituciones públicas porque eran innecesarias y repetitivas, para que al final sea lo mismo, sólo cambiado de nombre, pero presupuestariamente no hay ninguna mejora ni eficiencia. Años de discursos vacíos que hoy demuestran que son irrealizables y que ni aportan en nada a los problemas reales de la población, más bien resultan ser un maquillaje, por ende, son mentiras al aire sin responsabilidad. En fin, hasta los diálogos del CES se quedan en mareo con más mareo, bulto tras bulto y el país lleno de picazos por todas partes cuya suma de promesas sobre pasan el presupuesto nacional, y lo que ya existía, también dicen que es nuevo.

Juventud: generaciones que buscan sobrevivir

La juventud es tan diversa como la humanidad en su conjunto y frecuentemente la quieren agrupar en un mismo paquete.

Me preocupa mucho el bienestar de las personas jóvenes dominicanas, pero tengo la confianza de que la humanidad siempre busca la manera de salir a flote.

Sin embargo, no puedo negar ser de la generación que se educó para evitarle cualquier sufrimiento a sus hijos/as y a veces, también en eso se cometen errores, porque para salir a enfrentar la vida hay que tener agallas y temple.

El mundo de hoy ha dado un vuelco complejo, quizás peligroso, pero inevitable. Cuando observamos el panorama de quienes manejan los medios, los temas de interés y la distorsión que cada vez más fácil de propagar sobre cualquier mensaje, nos preguntamos, ¿hacia dónde llegaremos a esta velocidad?

¿Dónde está el aparato productivo y el sistema de pago de impuestos amigables en República Dominicana que sostenga a una nueva generación necesitada de empleo o condiciones para el emprendimiento?

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¿Cuándo la clase educativa perenne que pulula en el Ministerio de Educación se tomará en serio bajar esa carga académica abultada e innecesaria que hace que mucha juventud humilde abandone la escuela en la Secundaria?

¿Cuándo se entenderá que la educación sexual en el sistema educativo público es imperante en la vida juvenil?

Para esto, necesitamos tomar consciencia de un presente que funcione para sostener un futuro que permita un país, donde, más allá de exhibir números de crecimiento económico, pueda exhibir menos desigualdad social, mayor oportunidad de empleos y facilidades de emprendimiento.

Cada generación está luchando por sobrevivir, los más mayores, apegados a un estatus quo que no quieren soltar, porque tampoco se ocuparon de cambiar la cultura dominicana con sus acciones; evitando la desconsideración, la falta de respeto y la búsqueda constante de intentar humillar a quien se deja vencer con los años. Les causa pánico verse víctimas de ese patrón de actitud que no ayudaron a romper cuando tuvieron la oportunidad.

Los del medio, aquellos que no somos NI jovencitos NI viejitos, nos vemos cuidando a los mayores y sacando adelante a las personas jóvenes, con la carga económica encima y la preocupación que ambas cosas nos generan.

Y las personas más jóvenes, siendo parte de un mundo multicultural, internacional y conectado donde convergen las mismas ideas de siempre, pero repetidas con otra etiqueta y cada vez más apertura, exhibiendo un cambio absoluto del concepto de pudor y privacidad. Algunas, vulnerables a lo simple o extremo (lo malo y lo bueno) porque a veces no saben lidiar con el agobio de un mundo complejo, mientras otras, se complican más allá de lo manejable, con temas que desaparecerán de su vida, una vez sus prioridades cambien, porque los años no se paran a esperar a nadie.

La juventud seguirá siendo el más divino tesoro, que no se aprecia, hasta que los años te obliguen a sentir nostalgia.